Movimiento Juvenil Dominico de
La Inmaculada Concepción
El Movimiento Juvenil Dominico es un grupo de comunidades formadas por laicos/as, religiosas, frailes y monjas, de diversos países que quieren seguir a Jesús según la clave de Santo Domingo de Guzmán, formando parte de la Familia Dominica, con una mirada al futuro llenos de alegría y esperanza mientras intentamos discernir a Dios en nuestras vidas. Respondiendo al deseo de vivir más plenamente el mensaje de Jesús, cada uno de nosotros trata de utilizar todos los medios y oportunidades para predicar la Palabra.
La búsqueda, la alegría y la fraternidad definen a nuestros grupos. Nuestra existencia y valores comunes definen nuestra predicación. El servicio a los otros, desde la abundancia del corazón, nos lleva a predicar a todos los segmentos de la sociedad. Reconociendo las diversidades del movimiento Juvenil, confiamos en la ayuda del Espíritu y en nuestra fe común para crear un mundo de justicia, hecho realidad desde la fe, la esperanza y el amor.
¿QUIENES SOMOS?
Ser miembro del MJD es pertenecer a la Familia de Domingo de Guzmán.
El Movimiento Juvenil Dominico nace un 11 de octubre del 2019, formado principalmente por jóvenes de primero a quinto año de Secundaria que buscamos vivir en misión dentro de la familia dominica desde el ambiente escolar y que, en el espíritu de Santo Domingo, miramos al futuro llenos de alegría y esperanza mientras intentamos discernir a Dios en nuestras vidas.
Este movimiento pretende ser una opción madura y responsable en el camino de seguimiento a Jesús, convirtiéndonos en protagonistas del servicio al prójimo al estilo de nuestra madre Hedwige Portalet, predicando la verdad y portando la Luz de Cristo bajo el amparo y protección de Nuestra Virgen de la Inmaculada Concepción.
OBJETIVO
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Concientizar y fomentar en los participantes del MJD el compromiso y la perseverancia hacia el camino de la predicación con amor y alegría.
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Reconocer que la vida es un constante aprendizaje, cuya finalidad es crecer y madurar como cristianos e hijos de Dios, portando la luz de Cristo y siendo evangelizadores en el mundo, además aprendiendo a ser felices por nosotros mismos haciendo siempre el bien al prójimo.
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Difundir y aplicar en su día a día la palabra de Dios consagrando su vida a nuestro Padre del cielo, con la finalidad de obedecer y compartir sus vivencias en bien del prójimo.


